Mi experiencia de aprender español como adulto y viajar por América Latina.

Cuando estaba en la escuela, estudié un poco de Alemán, un año de Francés y obtuve una B en mi nivel AS de Italiano. Pero los idiomas siempre fueron un trabajo duro para mí, y después de un intento fallido de continuar italiano en la universidad durante mi licenciatura, decidí que estaba condenada a ser otra persona británica que sólo podía hablar inglés. 

Sin embargo, en 2016 estaba haciendo un trabajo aburrido cuando mi amigo publicó una foto de Colombia en Instagram. Le envíe un mensaje – tanto bonito allá – y mi amigo respondió – ¡ven! En solo un mes renuncié a mi trabajo, tuve mis vacunas y volé para encontrarnos en Bolivia. Pasé dos meses en América del Sur, algunas veces con mi amigo y algunas veces sola. 

Me gustaban muchas cosas acerca de Sudamérica, pero no se me ocurrió estudiar español hasta que regresé a Inglaterra y vi Narcos. Por alguna razón, me di cuenta de que quería volver a América Latina y, para tener una experiencia más profunda, necesitaría aprender español. Empecé con Duolingo. Por 18 meses usé solo Duolingo y un diccionario de español, un intento valiente, y cuando la oportunidad para las clases llegó, el sistema me calificó a B1. Quizás un error, porque en mi primera clase estudiamos el pretérito y quise llorar, todo era extraño para mí. Teníamos una clase por semana y trataba de mejorar en un ambiente sin estructura y con muchos niveles en mi clase – algunos de mis compañeros habían vivido en España o tenían los padres españoles – aún hoy no sé por qué estábamos en la misma clase.

Pero este año , finalmente, ¡regresé a América Latina! , una oportunidad para probar mi español. Renuncié a mi trabajo que odio y volé a Ecuador y muy rápidamente me di cuenta de que no podía entender nada – ahora puedo hablar mejor, pero me quedaba helada si algunas personas hablaban conmigo. Tenía mucho miedo de cometer errores. Pasé mucho tiempo con otros viajeros que hablaban más español que yo, y sentía que había olvidado mi español porque siempre estaba siguiendo a los otros y no podía superarlos. Después de muchas cervezas tuve la confianza para hablar más, pero no práctico en la vida cotidiana.

Eventualmente, dos incidentes me dieron esperanza. ¡Podría mejorar! En primer lugar, en un bar en la Ciudad de México mi amigo bilingüe no pudo entender a la mesera y la mesera me pidió traducir y yo pude hacerlo, aunque el tema era la elaboración de cerveza (otra vez creo que las bebidas me ayudaron). En segundo lugar, cuando el coronavirus me hizo regresar a Inglaterra tomé un taxi al aeropuerto y hablé con el conductor durante todo el viaje sobre muchas cosas como el virus, la terapia alternativa, la cultura mexicana y la música. Le dije que mi banda favorita es Buena Vista Social Club. Me dijo que el estereotipo de los ingleses era que somos aburridos y fríos, pero que yo era diferente porque si me gustaba Buena Vista Social Club debía tener un alma de América Latina, uno de los momentos más orgullosos de mi vida.  

Ahora, tengo una clase cada semana con mi maestro en México. Puedo leer artículos en español y ver programas en español (a pesar de que usualmente sigo necesitando los subtítulos). Todavía me resulta difícil entender el español hablado, muchas veces he dicho “si tan solo el mundo tuviera subtítulos”, pero supongo que aprender un idioma toma tiempo, entonces tengo que continuar aun cuando siento que no estoy progresando. Paso a paso. 

Por Genevieve Kotarska

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